(...) Algo salió muy mal aquí —hemos de reconocerlo— y de ello da sobrada cuenta el uso malicioso que se terminó haciendo de unas herramientas tan poderosas como son los
medios de comunicación actuales, que multiplican la mentira oficial hasta niveles nunca antes imaginados. Llegó entonces el momento de volvernos hacia nosotros mismos y buscar la luz en nuestros propios corazones, porque la experiencia histórica está indicando que la “verdad verdadera” no puede obtenerse por la pura acumulación mecánica del conocimiento sobre el mundo externo, como nos enseñaba el racionalismo, sino que se accede a ella a través de una comprensión instantánea y directa (no intermediada por nadie), que es el fruto de una profunda experiencia interna de iluminación. Como muy bien lo saben los místicos de todos los tiempos, es una verdad revelada.
(...) Cuando esta necesidad tan humana de sentido se transforme en un clamor, es decir, en una demanda colectiva, no habrá ninguna cadena que pueda detener o controlar la intención de los pueblos para ir en esa dirección y la imagen común que de allí surja contendrá una energía colosal, capaz incluso de modificar el rumbo de todo el sistema. Aunque nos acusen de delirantes, nos atrevemos a decir que la irrupción de esta experiencia puede implicar una completa transformación de la convivencia social, porque a partir de ella se comprenderá finalmente que cada vida humana es sagrada y forma parte de un tejido único en el que nadie sobra, en cuya trama todos somos necesarios así como necesitamos también a los demás.
Extraído de "El fin de la prehistoria", escrito por Tomás Hirsch.
1 comentario:
oye Cata yo me animé a decirte que te quiero caleta :D
Ojalá que algún día lo leas... aunque probablemente antes de ello tenga la oportunidad de decirtelo en persona.
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