16 de abril de 2008

SObre lo que sucedió...

Siempre fuí con gusto al colegio, nunca nadie me obligó a ir, para mi la educación tenía un rol fundamental en el progreso evolutivo del ser humano, por eso tenía sentido aprender, todos nos convertiriamos en un aporte a la sociedad, cada cual en el área que más le interesara desarrollar.
Pensaba que, por consecuencia, el colegio debía cumplir básicamente dos funciones:
1.- Entregarnos herramientas que nos permitan desarrollar habilidades básicas para comprendernos y comprender el mundo en que vivimos. Deberían enseñarnos, por ejemplo: COMO aprender, no QUE aprender.
2.- Abrir nuestro futuro, mostrandonos un abanico de posibiidades de qué aprender y qué hacer, ahora y más adelante.
Sucedió un día que no quize ir más al colegio... Dormía, lloraba, me sentía encerrada... Algo está mal... Primero descubrir qué, luego cambiarlo.

Siempre me sentí libre, no me dí cuenta como, de pronto, el colegio se transformó en cadena y candado que ató mi vida a una abismal e insoportable rutina sin sentido. Amenazas, castigos... responsabilidad (?)
A veces me cuestiono seriamente: ¿Sabrán que yo soy un ser humano?. Que tengo necesidades, sueños, inquietudes, intereses, problemas, sentimientos... VIDA!!